profile picture

Capítulo 01: Marzo, 2015

March 01, 2015 - 1044 words - 6 mins Found a typo? Edit me

De un trago

Es curioso ir con el tiempo de la mano sintiendo tantas cosas, tantas emociones distintas concentradas en un instante, y en dos…, sin referirme al mismo tipo de emociones.

Procuro no caer, pero es imposible: antes o después, uno mismo acaba precipitándose; de una u otra forma, todos debemos caernos. Y no hablaré de levantarse. No esta vez. Hablaré de entender, entender los motivos; entendernos.

Más allá de la superación está el entendimiento del motivo. ¿Qué es lo que ha podido fallar? No es cuestión de buscar culpables, sino soluciones. Y antes de buscarlas, buscar su razón de ser. ¿Crees que no la tiene?

No creo en el destino. No creo en nada más que en el valor de cada persona.

Es imposible conocerlo todo, mas no debemos quererlo. Debemos aprender a delegar responsabilidades sin olvidar nunca las nuestras. Debemos comprendernos, entendernos, ser realistas, no perdernos nunca de vista y no abusar del soñar. No abusar de nada al fin y al cabo.

«No te pierdas nada. Disfruta. Pero no te bebas la vida de un trago». Fue este uno de los más valiosos consejos que me dieron mis tíos antes de partir en este viaje.

Entendimiento, búsqueda, comprensión. Nunca viene mal hablar con uno mismo para ordenar las ideas y no dejar que éstas se deterioren.

Todo debería nacer de la pasión y la cordura. Porque toda pasión tiene un mínimo de sinceridad, y la cordura es la que permite mantener viva la pasión.

Todo debería nacer de la sinceridad y de la pasión del querer.


Para la música

Frío… un poco, pero no el suficiente como para dejar de pensar.

Reformas constantes, agitadas y divertidas. Como si se tratara de un juego, el más real que pudiéramos jugar. Subo el volumen, respiro y me dirijo la mirada. No me veo. Me busco, pero no soy yo quién me encuentra, sino ella. Subo el volumen.

No me reconozco, ¿cuánto tiempo ha pasado?, ¿cuándo fue la última vez que jugamos en la calle sin preocupaciones? Ya no lo recuerdo…

Para ella, la música, que me acompañó en los días de lluvia, de sol, de llanto y de alegrías. La banda sonora de la vida, de nuestra vida. ¿Cuándo fue la última vez que le agradecimos su compañía?

Aquella que nos escucha y nos arropa, incluso en las noches más frías. Desnuda o vestida. En la cama o en un paseo. Toda ella. Escúchala y no podrás escapar de sus encantos. Hay que aprender a sonreír y a vivir enamorado, pero, sobre todo, tenemos que aprender a escuchar.

Ella es quien escribe. Profunda, rebelde, furiosa, relajada… Todo es ella. En constante evolución, con afán incluso de superación. Podemos encontrarla ordenada, caótica, con una sonrisa, con los brazos extendidos y con la intención de abrazarnos y no dejarnos ir.

Aprender a escuchar; aprender de ella y con ella.


El arte de aprender

Soñando despierto. Recordando. Pensando en todo lo que ha cambiado, lo que cambiará y lo que se despierta cada día; en cada propuesta que nos hacemos, en cada suspiro.

Enfermar y enfermar de vida. Pensar a escondidas. Imaginar un futuro de ensueño. Un futuro que incluso en nuestra infancia temíamos por el hecho de ser demasiado bueno, un futuro imposible.

Sólo habla. Inténtalo lo mejor que puedas; nadie nace sabiendo hablar. Aprende a hablar. Conquístate. Levántate cada día como si fuera el último. Algunos días simplemente pasan y, cuando ocurren, no nos damos cuenta de que sucedieron. No lo permitas. Enamórate de tu vida: de tu futuro; mientras aprendes a discernir tu realidad, a ver y entender tu entorno y tu ecosistema.

Escucha al sol, es motivo de alegría. Múdate, regálate unos minutos al día para ti. Juega con la vida. Disfruta en tu superación más y más. Rétate como nunca y demuéstrate lo tantísimo equivocado que estabas no hace muchos años. Compárate, contigo el primero, siempre. A todo di que sí, que sí puedes y podrás, pero sin olvidar a decir que no.

¡Anímate! Anímate como nunca lo has hecho. Crece, sueña, vive, sé. Eres todo arte y tu forma de vida dependerá sólo de ti. Es tu actitud la que determina tu calidad de vida.

Escribe si es necesario; si no, simplemente escucha tus pensamientos. Debemos organizarlos a menudo o se acabarán oxidando. Disfruta de ello. Disfruta de ti. Eres todo y lo más grande que tienes. Cuídalo como jamás te hubieras imaginado años atrás… Eres todo arte. Date forma, ten paciencia y, en cuanto menos te lo esperes, estarás hablando.

¡Anímate como nunca lo has hecho! Atrévete a sonreír aprendiendo.


Somos un reflejo

¿Quiénes somos realmente? ¿Qué hacemos cada día? ¿Dónde está el eco de nuestros actos? ¿De qué sirve cada instante? De las más emocionantes preguntas que podemos hacernos a nosotros mismos y que en su día casi me hicieron perder la cabeza…

Me siento afortunado. De todo lo que tengo y de lo que no. Porque aún podré disfrutar del tenerlo cuando de verdad lo necesite. Somos un reflejo de nosotros mismos. No podríamos ser más. Cada día es una nueva oportunidad para hacer todo aquello que aún no hicimos y para repetir todo aquello con lo que nos sentimos completos: nuestras ideas, locuras, metas: nuestro propio camino.

Debemos transmitir al mundo todo aquello que queremos sentir de la vida. Somos nuestra esperanza y nuestra oportunidad. Lo que hacemos tendrá su eco no en la eternidad, sino en nuestro mañana. Cuando nos levantemos cada día y miremos al mundo a los ojos, con una mirada esperanzadora él nos responderá. Él será nuestro reflejo, pues nosotros somos el mundo.

Cada instante es vital. Cada decisión tomada, cada mirada. Para nuestra vida. Para entender el sentido último. Para entendernos.

De nada sirve sonreír sin motivo alguno, pero ¿acaso no tenemos motivos de sobra? Preocupémonos de ser nuestro propio motivo. Es nuestra más importante tarea: sonreír con motivos. Alcémonos alto como nunca, aprendamos a volar, a soñar, a no conformarnos.

Regalémonos un reflejo, una mirada, un aliento, un «¡ánimo!».

Reflejemos lo que queremos ser. Seamos únicos e imprescindibles para nosotros mismos. Diferentes, originales, imprevisibles. Seamos brillantes y nunca dejemos de brillar. Enamorémonos de nuestra imagen, pues somos su reflejo.

book-chapter