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Capítulo 06: Agosto, 2015

August 01, 2015 - 900 words - 5 mins Found a typo? Edit me

Todo son etapas

Somos etapas y momentos, con sus altos y sus bajos, como todo en esta vida. Somos etapas y momentos. Dependerá de nuestro contexto entendernos para saber si pisar fuerte o delicadamente.

Somos momentos. Sin ellos no podríamos ser, directamente. Somos nuestra descripción personificada. El cómo encaremos nuestras etapas, distintas entre sí, será lo que nos definirá no sólo para el hoy, sino para el mañana, quedando grabado en el ayer.

Somos etapas en constante evolución cuyo principal deber es definir nuestra propia dirección. Nuestro sentido favorable al viento debemos elegirlo nosotros en este viaje tan lleno de sorpresas. En este viaje que da tanto que pensar. En este viaje que, al fin y al cabo, nos da tanto continuamente.

Momentos y etapas tan distintas. Experiencias que merecerían ser plasmadas en una canción, un dibujo o una imagen para su recuerdo. Somos un viaje continuo en un mar donde la marea arbitraria ni perdona ni tiene preferencias. Ser creativos, flexibles, pasionales y racionales serán nuestros deberes.

No podemos asegurar con total certeza con qué etapas podremos encontrarnos, pero sí podremos definir nuestro modo de entenderlas, empezando por nosotros mismos.

Nuevas amistades por conocer, nuevos lugares por visitar, nuevas experiencias por vivir…, nuevos momentos por contar.


¿De quién es el mundo?

¿A quién le pertenece el mundo? El mundo debería pertenecer solamente a aquéllos que lo reclaman, a aquéllos que luchan por él, a aquéllos que lo quieren realmente. Hay quienes están simplemente de paso. Que no esperan un futuro mejor porque piensan que no lo necesitan. Que no saben qué hacer con sus vidas o que no quieren saberlo. No les interesa el mundo, simplemente están. Tiene que haber de todo, pero el mundo no es de ellos, no mientras piensen de esta manera.

El mundo debería ser para los luchadores, para los que no se dan por vencidos, para los que sueñan y no cesan hasta conseguir sus propósitos, y para los que, aún cansados, siguen en la arena por su superación. Debería ser para ellos por mejorarse a ellos mismos, así como a su entorno.

¿Para quién es el mundo? Para los que tienen como objetivo buscar nuevos objetivos. Para las almas inquietas. Para los que consiguen encontrar una razón de éxito en su vida. Para los que, frente a todas las adversidades, consiguen salir hacia adelante. Para los que, a pesar de todas las dificultades, consiguen aprovechar cualquier momento para aprender algo nuevo. Para los que, en vez de pasarse todo el día quejándose, lo pasan buscando soluciones. Para los que no se dan por vencidos.

Para aquellos que buscan cambiar el mundo. A ellos les pertenece. De todos ellos es el mundo.


Tu sentido

«Seamos honestos: no somos nada. Somos lo más insignificante jamás existido. Somos mediocres por naturaleza. Simples humanos. A veces, incluso, crueles, a veces antinaturales.

Seamos honestos, no somos nada. Perdemos el tiempo constantemente. No somos productivos ni queremos serlo. No hacemos nada por solucionar nuestros problemas, así como para evitar los futuros que nos puedan llegar.

Viendo pasar el tiempo, siendo consumidos por él, y nosotros dejándolo pasar. Perdiendo día tras día sin hacer nada realmente productivo, tirando por la borda toda una vida, y nosotros tan tranquilos. Tenemos a nuestro alcance todo. Tenemos realmente de todo. Y nosotros, necios y estúpidos, no queremos cambiar. No nos atrevemos a actuar, a pensar ni a mejorar realmente como especie.

Somos cobardes y, como tales, no llegaremos a ningún sitio el día de mañana. Nadie se acordará de nuestra existencia, de nuestro paso, así como de nuestro nombre. Seremos lo que hemos decidido: nada. Porque así lo hemos querido. En nuestra mano estaba cambiar nuestro destino día tras día, de forma progresiva, y ahora tenemos lo que merecemos.

Somos nada y en nada nos quedaremos».

Si te sentiste identificado por cualquiera de las anteriores afirmaciones, por favor, plantéate de nuevo el sentido, así como el motivo y el propósito, de tu vida; pues no hay nada más triste que la falta de sentido y nada más urgente que encontrarlo.


Al intento le digo

Cobarde, embustero, mediocre.

¿Cómo esperas obtener resultados distintos si siempre utilizas las mismas pautas? ¿A quién pretendes engañar con tu intención? No engañas a nadie más que a ti. Deja de huír de ti mismo y enfréntate, deja de ser un mediocre más.

Deja de engañarte haciéndote creer que lo intentaste y que no pudiste más, pues es falso y tú eres el primero en saberlo. Siempre pudiste, así como hasta tu último día podrás hacer más. Deja de lamentarte entre las sombras. ¡Sal y da la cara de una vez! Deja de culpar al mundo de tus problemas. ¡Sal y resuélvelos!

Deja de esconderte entre lamentos, deja de vivir en la mediocridad. Sal de una vez de tu escondite, donde entraste hace tiempo y ahora no te atreves a salir. «¡Atrévete!», te digo. Pues eres tú el único que podrá hacerlo. Mis palabras quedarán escritas; tu vida quedará en el olvido.

¡Sal! ¡Ahora! Levanta y deja de lamentarte. Conoces alternativas, ¡utilízalas y deja de ser un necio! ¡Insisto!

A ti, a ti te estoy hablando. ¡Levántate y aprende a vivir de una maldita vez! No quiero más intenciones. ¡Quiero actos y demostraciones!

A ti, que me estás leyendo. A ti te digo. A ti, que vienes con intenciones.

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